Litio y financiamiento de demandas sociales
Hermann González Clapes UC
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Hermann González
El país enfrenta un complejo problema de déficit fiscales persistentes y escasez de recursos que hacen muy difícil hacerse cargo en el corto plazo de distintas demandas en materia de educación, salud, seguridad o pensiones. Para financiar de forma sostenible la solución a estas demandas, es indispensable contar con nuevas fuentes de ingresos.
El pacto fiscal que está impulsando el Gobierno apunta en esa dirección, sin embargo, la discusión en el Congreso ha sido difícil y no se observan espacios para su total aprobación. Una alternativa obvia, pero cuyos resultados no se verán en el corto plazo, es impulsar el crecimiento económico. Otra alternativa más a la mano y con potenciales impactos más inmediatos es avanzar en el desarrollo de la industria del litio.
“El litio puede ser algo que nos una como país y que nos ayude a avanzar en los desafíos de impulsar el crecimiento económico con más inversión e innovación”.
En esa línea, el acuerdo entre Codelco y SQM parece una buena salida para generar recursos en un escenario como el actual. El aumento de producción que se busca implementar para llegar a 300 mil toneladas antes del año 2030, sumado a que el Estado recibirá 70% del margen operacional en 2025-2030 y 85% a partir de 2031, permitirá generar nuevos ingresos acumulados entre US$ 3 mil y US$ 4 mil millones en el período 2025 – 2030.
A partir de ese año, los ingresos adicionales derivados de este acuerdo se ubicarían entre 0,3% y 0,5% del PIB -entre US$ 1.000 y US$ 1.800 millones anuales-, lo que equivale al costo de la mayor parte de las mejoras a la PGU que quiere hacer el Gobierno o, alternativamente, a buena parte de la reforma tributaria que el Ejecutivo aún tiene en carpeta. Pero sin acuerdo, estos recursos no llegarán.
Chile tiene una gran oportunidad derivada de la mayor demanda por minerales críticos para la transición energética. De acuerdo con estimaciones del FMI, al 2050 la demanda por litio se multiplicará por diez, mientras que la demanda por cobre prácticamente se duplicará.
Para que nuestro país no pierda el liderazgo como productor de materias primas, es necesario moverse más rápido. En el caso del litio tenemos trabajo por hacer. Chile no puede perder su posición de líder en la industria y debe realizar todas las acciones que estén a su alcance para consolidarla, no nos podemos farrear esta posibilidad.
Ante la dificultad de alcanzar acuerdos en otras materias, el desarrollo de esta industria puede ser un tema que nos una como país y que nos ayude a avanzar en los desafíos de impulsar el crecimiento económico con más inversión e innovación y, al mismo tiempo, contribuir a obtener los recursos que se necesitan para financiar las demandas sociales más urgentes.
Avanzar con celeridad en el desarrollo de la industria del litio es un imperativo también frente a la fuerte competencia internacional. Es de esperar que el Gobierno, el sector político y los empresarios estén a la altura del desafío, porque esta es una oportunidad que no podemos dejar pasar.